En representación del Honorable Consejo Nacional del Colegio de Cirujano Dentistas de Chile, me es muy grato saludar a todos mis colegas.
Hoy nuestra profesión tiene enormes desafíos que se abren. En el lejano 1917 se promulgó la Ley 3.301, a través de la cual se dio existencia legal al título universitario de Cirujano Dentista. Luego, fuimos avanzando hacia la necesidad de una organización gremial donde compartir sueños, demandas y compromisos. Así surgió nuestro Colegio de Cirujano Dentistas en 1948. Lentamente, nuestro espíritu inicial de encuentro y reivindicación gremial nos ha llevado hacia otros asuntos. Ahora, en esta época, los dentistas tenemos una mayor claridad respecto a una cuestión fundamental: nuestro ejercicio profesional y la realidad de nuestros pacientes son una misma cosa, con una comunión de intereses que nos hermana ante la opinión pública y ante el país.
Hoy vivimos una realidad compleja. A diferencia de las condiciones en las cuales nos tocó iniciar nuestra carrera profesional a los que somos algo mayores, hoy estamos en un momento en el que la tasa de profesionales titulados ha aumentado sustancialmente. Ahora, hay más de 7000 jóvenes cursando la carrera de odontología. Hay quien pudiera pensar que, con estas tasas, podría hacerse más difícil el desarrollo profesional, pero esas miradas soslayan un aspecto fundamental: nuestro país tiene una deuda con el componente odontológico de la salud que se resuelve, entre otras cosas, con una presencia mayor de profesionales al servicio del país.
Nosotros decimos que lo que nos falta para resolver este problema es un puente robusto. A un lado, una cantidad importante de dentistas de buen nivel saliendo de las universidades. Al otro, millones de chilenos que necesitan acceder a la salud bucal y que, en la mayoría de los casos, no pueden hacerlo. Para unir estos dos mundos, se hacen imprescindibles políticas públicas articuladas, decididas, que permitan a los ciudadanos tener la salud que merecen. Nosotros hemos tenido conversaciones con las autoridades del Minsal, pero sólo la unidad de la profesión nos permitirá convertirla en acciones concretas.
En esa línea, es un avance que el Gobierno incorpore como nueva patología Auge el alta odontológica para embarazadas. Esta es una lucha en la cual recibimos el respaldo de parlamentarios de todas las tendencias y las simpatías de los medios de comunicación. La inclusión de esta prestación en el Auge no sólo es de entera justicia, sino que también es clave para la prevención de patologías en los niños y, por lo tanto, es un paso decisivo en el control de esta patología que afecta al 80 por ciento de la población.
Nuestro horizonte es que un día haya acceso universal de todos los chilenos a la salud oral. Seguiremos dando pasos hacia ese lugar donde llegaremos, sin lugar a dudas.
Porque los y las dentistas de hoy enfrentamos nuevos desafíos, desde el colegio hemos impulsado acercamientos importantísimos entre la comunidad académica odontológica, para que universidades públicas y privadas aborden conjuntamente los desafíos de la profesión. Las coincidencias que tenemos respecto a la importancia estratégica de la formación para el futuro de la profesión serán claves en materias como la acreditación, pues consideramos que la actual obligatoriedad para las carreras de medicina y pedagogía debe incluir también a la odontología. En la misma línea, tenemos coincidencias respecto a la necesidad de impulsar el examen nacional para los nuevos colegas, de modo de garantizar un ejercicio profesional de nivel por parte de quienes egresan de las universidades y de los colegas extranjeros que desean desempeñarse en nuestro país.
Estas líneas de defensa de la profesión tendrán los mejores resultados en la medida que los y las dentistas asuman un compromiso cada vez mayor con la acción gremial. El futuro será mejor si hoy trabajamos más, nos comprometemos más y soñamos más.
María Eugenia Valle
Presidenta
Colegio de Cirujano Dentistas A.G.