Revista Sábado destacó labor de odontólogos en rehabilitación de víctimas de trauma ocular

Tras las protestas iniciadas el 18 de octubre de 2019, la odontología ha jugado fundamental en la rehabilitación de las personas que han sido víctimas de trauma ocular.

La Revista Sábado, destacó en su edición del 14 de noviembre el trabajo de tres protesistas oculares que, por cuenta propia o a través de los programas de la Unidad de Trauma Ocular (UTO), del Hospital Salvador y el programa de rehabilitación ofrecido por la Universidad de Chile, han sumado esfuerzos para entregar implantes a las víctimas.

La Somatoprótesis es una disciplina que deriva del área maxilofacial, cuyo objetivo es devolver al paciente mutilado o con secuelas de cáncer, traumatismos o diversos síndromes la apariencia estética y las funciones que ha perdido.

Las prótesis oculares se realizan con una mezcla de monómero y polímero. Son hechas a mano y específicamente para cada persona, con cualidades y colores particulares.

El odontólogo y profesor de la Universidad de Chile, Guido Vidal, es uno de los somatoprotesistas con más experiencia en el país y, hasta hace muy poco tiempo, uno de los pocos que quedaban.

La U. de Chile, en conjunto con su Hospital Clínico, están ofreciendo un servicio gratuito de rehabilitación integral, que está a cargo de la Facultad de Odontología y cuenta con apoyo de las unidades de Psicología y Oftalmología.

Vidal fue quien le traspasó los conocimientos al Dr. Sebastián Córdova. Ante la falta de acreditación de la especialidad, en conjunto crearon hace cuatro años el diplomado de Prótesis Maxilofacial de la Universidad de Chile.

En diciembre de 2019 el Dr. Córdova, quien es miembro del Colegio de Cirujano Dentistas de Chile, se integró al Programa Integral de Reparación Ocular (PIRO), creado por el Ministerio de Salud, para entregar atención gratuita a las personas víctimas de mutilación por efecto de los balines y bombas lacrimógenas lanzadas por Carabineros. Antes estaba como director del Servicio de Prótesis Máxilo Facial, de la U. de Chile.

En la UTO el Dr. Córdova ha realizado 37 prótesis para las víctimas del estallido social. “La persona se hace parte del proceso, lo vive, y eso ayuda mucho. Yo pinto con ellos al lado, comparten el pincelado conmigo. Cuando hay arte y color de por medio, tienes que conversar con las personas, para conocer su percepción del mundo”, comentó a Revista Sábado.

Pablo Osorio, de 37 años, vive en Los Ángeles y trabaja como dentista general en el Hospital de Mulchén. Estudió en la Universidad de Concepción y en 2018 participó del diplomado ofrecido por los doctores Vidal y Córdova.

Tras el estallido social ofreció a través de las redes sociales realizar de manera gratuita las prótesis para las víctimas. "Había muchos chicos lastimados y no había respuesta de ningún lado. Me ofrecí para reparar un poco ese daño y esto se compartió muchas veces. Me contactaron personas de Santiago y los derivé para que hablaran con los doctores Vidal y Córdova".

El Sr. Córdova explica que los pacientes que pierden parte del rostro, de forma traumática, viven un duelo que no solo tiene que ver con el órgano mismo, sino que con la identidad.

"Hay una fragmentación del yo. no te reconoces en el espejo y los demás te ven como una víctima. Eso está descrito en los libros de Somatoprótesis. Si la pérdida es en la cabeza, como en este caso es el ojo, te cuestionas quién eres tú. Eso les pasa a estos pacientes y es muy doloroso, porque transitan por todas las etapas: la negación, la rabia y la aceptación. Pero cuando a esto le sumas la injusticia, cuesta que te puedas conciliar con la pérdida del órgano. Los pacientes se quedan en la rabia o en depresiones profundas".

Aunque el momento del espejo es una solemnidad, tampoco es tan relevante, porque las reacciones son muy variadas. No todos, dice, están en los mismos tiempos. Algunos se ponen a llorar y otros no hablan, pero a la semana siguiente vienen contentos, porque la familia les dijo que les quedaba bien, o se atrevieron a salir a la calle, o encontraron trabajo. Algunos con más fortaleza, dan vuelta la página rápidamente. Y aunque la instalación de la prótesis parece ser el final del proceso de reparación, al menos físico, Córdova explica que ese momento es solo el comienzo.

"La reparación de las víctimas del estallido social expuso una necesidad que ya existía. Mi idea es que siga creciendo, que se sumen otros protesistas y que luego hagamos somatoprótesis completas. Por el cáncer de cabeza y cuello, hay personas a las que les faltan las orejas, la mandíbula, el paladar o la nariz. Si tú sumas todos esos diagnósticos, más las 15 mil personas que yo estimo que necesitan hoy una prótesis ocular, eso te da para un GES”, concluye el Dr. Sebastián Córdova.